Son Leyenda






Este fin de semana fui con un malintencionado escepticismo a ver en Cumbre Tajin, a la tan celebérrima banda de la que se dice que todas las demás bandas de rock mexicano le deben la apertura al mercado y los medios, teniendo eso en mente estaba con una predisposición a escuchar un recital de rock clásico, una especie de programa especial de vh1 retro rebosado en aburrimiento, todo se me olvido... ahí fue donde descubrí la belleza de tener expectativas 0, de no tener prejuicios sobre lo que uno va a oír o a ver, de ir con la mejor de las actitudes a disfrutar algo de lo que solo conoces la superficie. Me volaron la puta tapa de los sesos. Saborear los acordes de Alejando Markovich en cada canción fue una de las experiencias musicales más sublimes de mi vida, no soy precisamente un melómano ni mucho menos musico, sin embargo he escuchado la suficiente música en vivo para decidir que de todos los guitarristas que he visto en vivo simplemente nadie puede transmitir en una sola canción el feeling que salía de las cuerdas de un par de Fender que Markovich toco esa noche. Diego Herrera y Alfonso André me llevan al factor "EnTuIdioma" el ritmo, la cadencia , el teclado del bridge de La Negra Tomasa es simplemente una de las tonadas más poderosas de este país, significa alegría, baile, cuando en medio de un poderoso concierto de rock, con una serie de riffs afilados y oscuros, viene un ritmo de cumbia a sublimar el ambiente, es simplemente una sensación de catarsis, la ironía de que el ambiente rocker mexicano idolatre una cumbia. Sabo Romo es la contraparte de ese Saúl oscuro, melancolico, Sabo es el diablito, y ese espíritu proyectado en el bajo potencia las canciones en las que no participó históricamente, en Aquí No Es Así, cerca del tercer minuto, el alma de la canción pasa de manera discreta de la voz de Saúl, al bajo de Sabo donde la manipula, juega con ella y la deja ir explotando de la manera más épica y sacalagrimas posible en ese solo memorable en el que Markovich se adueña de esta canción. Saul, ya sin esa voz de antaño, pero carismático, empático, después de años de polemicas, de divismos, de rockstarismos ilustrados, hoy les enseña aquellos Larreguis, la responsabilidad de ser un ídolo autentico en este país tan asqueado de figuritas y poserismos, Ayer me dijo un ave fue el punto más cercano a las lagrimas puedo apostar para todo el auditorio esa noche, es de aquellos momentos donde te da la sensación de compartir el dolor de quien te rodea, ese sentimiento de comunidad que pocos grupos llegan a alcanzar en un concierto, y es que era imposible no llegar a tales cotas de sentimentalismos cuando las voces de los miles de asistentes desgarraban los altavoces, los micrófonos eran inútiles, la rola se transmitió por medios más nobles esa ocasión. Una elección de canciones perfecta, o casi, llevando esos sentimientos de nostalgia que tan fácil provocan los Caifanes de uno a otro lado de las generaciones que los idolatran, himnos de la peda como La  Célula que Explota, destrozaron cuerdas vocales, tratando de emular aquellos tonos a los que la garganta de Saúl solía llegar, esta vez no le hizo falta, todos cantamos por él, y eso fue espectacular. No fue un concierto de 3 horas simplemente, fue una experiencia, un viaje de aquellos , con efectos secundarios que me duraran toda la vida, uno suele presumir haber visto aquellos grupos internacionales de los que todo el mundo habla, sin embargo yo me siento muy eufórico y orgulloso de haber visto al grupo de rock mexicano más importante, aquel del que dicen las reseñas, abrió las puertas de ese género de géneros en este país, poder apreciar directamente aquel pequeño gran detalle que separa a los Caifanes de los demás, son leyenda.

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